Todos tenemos altibajos: en un momento todo parece estar funcionando bien y al siguiente encontramos algo que nos molesta. Estos altibajos, este cambio constante, son parte del ser humano. Solo aguanta y sigue avanzando por la bajada actual, recordando que este momento también cambiará.
Así es la vida. Cuantos más desafíos hayas conquistado, más fuerte te volverás. Cuando me convertí en madre por primera vez, difícilmente podía imaginarme cuidando a mi hija y a la vez mantener mi trabajo. Sentí que me estaba aferrando a mi carrera y a mi maternidad con las uñas, pero aprendí y me hice más fuerte.
Ahora tengo un trabajo más grande y dos hijas más. Cada nueva experiencia me enseñó lecciones y me hizo más fuerte y resiliente. Crecí y sigo creciendo.
Pero la montaña rusa continúa y continuará pase lo que pase. La vida cambia y eso está bien. Esas son las reglas y no podemos cambiarlas. Pero podemos cambiarnos para ser los mejores jugadores que podamos ser. Podemos aprender a aceptar los cambios y estar presentes donde estamos, ahora mismo, no en otro lugar, ni dentro de una semana o el fin de semana. Debemos estar aquí ahora, exactamente en el punto en el que estamos en la montaña rusa.